jueves, 9 de junio de 2011

DADAS LAS CIRCUNSTANCIAS

Se agachó a recoger los libros regados sobre el piso con una lentitud insoportable. Quitó uno por uno los pedazos de vidrio que habían quedado sobre ellos, mientras pensaba en el desorden que adornaba la casa y que ella sola iba a tener que organizar; Tenía que hacerlo rápido ya que pronto llegarían esas malditas moscas que tanto odiaba.
Caminó hasta la cocina donde le esperaba una pila de cajas sin desempacar y marcadas en la parte superior  con letras rojas. Intentó sentarse en el piso pero el timbre del teléfono le interrumpió el esfuerzo a mitad de camino, fue a contestar y esperó el siguiente timbre, cuando este sonó quiso esperar otro más... Luego levantó muy despacio la bocina y se la colocó en el oído sin decir palabra alguna.
-Aló. (Dijeron del otro lado de la línea). 
Al reconocer la voz se animó a hablar: 
-Buenos días doña Esperanza... Su hijo está dormido.
-¿A esta hora?
-Si, anoche se quedó hasta tarde viendo televisión y no lo he querido despertar.
-Ok, yo llamo más tarde, hasta luego mija.
-Hasta luego doña Esperanza. y colgó
Miró a su marido acostado sobre la cama, suspiró, y empezó a recoger la ropa de él regada por la habitación renegando entre dientes. Al terminar, con la ropa aún en sus manos se paró frente a él y sin dejar de mirarlo empezó a llorar desconsoladamente. El sonido del chocolate regándose que había puesto al fuego de la estufa unos minutos antes, y del que se había olvidado por completo, la sacó del trance en que estaba y la obligó a correr a la cocina aun con las lagrimas en los ojos, más la rabia que le daba cada vez que se le regaba algo que hubiese puesto a cocinar. Apagó la estufa y limpió por encima el chocolate derramado, buscó un vaso para servirse pero el único que encontró tenia una cucaracha adentro, abrió la llave del agua para lavarlo pero para colmo de males nada salió; Con la paciencia colmada arrojó fuertemente el vaso contra la pared, arrepintiéndose luego, ya que ahora había una cosa mas que tendría que recoger. Tocaron el timbre, cosa que le sorprendió ya que se acababa de enterar de que en esa casa hubiese un timbre y por otro lado nadie conocia la nueva dirección; Así que quien tocaba debía estar buscando al anterior inquilino, entonces no tenia intenciones de abrir, era mejor que quien estuviese tocando pensara que allí no habia nadie. 
El timbre siguió sonando aumentado su intensidad, y tuvo que bajar las escaleras para abrir la puerta aunque sin afán. Abrió sin mirar y apareció ante ella una cara conocida pero inesperada dadas las circunstancias.
-Carlos, ¿que haces aquí? le preguntó mientras salia y cerraba un poco la puerta para impedirle entrar en caso de que el quisiera hacerlo.
-¿Ya le dijiste?
-No Carlos, el ha dormido todo el día y no he podido hablar con el, pero cuando se despierte...
-¡Puras excusas!, déjame entrar y yo se lo digo, así te ahorro el trabajo de tener que enfrentarlo sola.
-Yo quiero hacerlo sola.
-Pues yo de aquí no me voy hasta esta situación se solucione.
-No seas idiota! y déjame que yo se como hago las cosas, vete y yo te llamo cuando todo haya pasado y el se haya ido.
- ¿Y si te hace algo?
-Vete, ¡yo te llamo!. Entró y cerró la puerta con llave.
Empezó a subir las escaleras y tuvo que correr al baño pues sintió un fuerte deseo de vomitar, se sentía mal, no solo por vomitar en ayunas si no por todo lo que estaba pasando: El cambio de casa, de barrio, y la situación con su marido y con Carlos que la hacía sentir la más miserable.
Caminó a la habitación, miró a su marido acostado en la cama y lo cubrió completamente con una sábana, tomó el teléfono y marcó un número, mientras timbraba, miraba el porta-retrato roto que se le había olvidado recoger y que en ese instante le estaba cortando la planta del pie.
Al otro lado de la linea alguien contesta:
-Policía Nacional, buenos días.






                                                                                                                                          Karen Álvarez.

viernes, 11 de marzo de 2011

NOCHE DE AMNESIA

Caminaba lento tratando de descifrar a donde quería ir, era una noche de especial amnesia. El camino estaba peligrosamente resbaloso cosa que no le preocupaba en lo absoluto, puesto que si llegaba a caerse lo único que podía hacer era levantarse. (pensaba ella). Desde que dejamos de ser niños nos preocupan tonterías como mojarnos, caernos, hacer el ridículo; Pero ella estaba sola y no había posibilidades de avergonzarse si nadie la veía. Quería estar sola, analizar las opciones, no quería equivocarse esta vez por eso, que mejor que un paseo casi en la oscuridad y con un clima tan agradable.
Ya no tenia recuerdos de la tragica noche de la que todos hablaban a sus espaldas, seguramente era mejor no recordar,o no era tan grave,ni tan trágico como la gente murmuraba; A la gente le gusta exagerar esas cosas pensó. 
La noche se veía muy fría pero ella estaba en la temperatura ideal,  solo le preocupaba estar alejándose demasiado ya que después de estar rodeada de tanta gente ahora estaba completamente sola, le parecía estar caminando hacia el fin del mundo.
-Martha!...Escuchó a lo lejos.
-¿A donde vas?, 
Miró a su alrededor y no pudo ver a nadie pero igual respondió... 
-Voy a tomar un poco de aire fresco. 
Y eso fue todo. 
¿Aire fresco?, aire fresco, esa frase retumbó en su cabeza. Algo no estaba bien ¿por que la mortificaba tanto algo tan simple como esa frase?, luego empezó a preguntarse ¿donde estaba?  ya no recordaba nada ¿como había llegado allí? y ¿donde estaban todos?...Es más, ¿que había hecho en todo el día antes de venir a la fiesta? era algo aparentemente imposible de recordar. Se asustó y empezó a correr en sentido contrario; Lo hizo por unos quince minutos y no logró llegar... ¿estaba tan lejos?. Escuchó gemidos y un llanto constante que le sonaba familiar. Decidió seguir corriendo pero no tuvo que hacerlo por mucho tiempo ya que las personas empezaron a aparecer de a poco, todos se subían a sus autos y se marchaban, agitada entró a la casa y un dolor enorme le revivió lo sucedido. entendió todo, recordó todo, la caminata, todo tenia un  trágico y desafortunado sentido.
Llorando se sentó en uno de los escalones y pensó en su triste destino de vagar todas las noches desde hace  dos años en los que sale a tomar aire fresco, por que la trágica noche en que se incendió su casa era en lo único en lo que podía pensar antes de que los pulmones se le llenaran de humo.


Karen Álvarez.

viernes, 4 de febrero de 2011

DE TODO TIPO

Tengo pasos firmes y flojos, húmedos y llenos de polvo viejo...
Nuevos y malgastados.
Tengo pasos de insomnio y de madrugadas, pasos de película y pasos que vagan en la realidad. 
Tengo pasos favoritos y pasos obligados...
Pasos escondidos y pasos al aire libre.
Hay pasos que me llevan a lugares que ya visité, y otros que quieren salir corriendo tras los planes aplazados.
Colecciono los pasos de buenos días y gracias, y le tapo los ojos a los que no quieren decir nada.
Hay pasos aislados, torpes y acongojados, los vendo a bajo costo en paquetes de docena.
Tengo los pasos que van a cualquier lado, y no se que hacer con los que caminan hacia la verdad de una vida , sin aire, sin cama y en completa  soledad.
                  
Karen Álvarez.M.