viernes, 16 de julio de 2010

REFLEJOS INTERNOS


No hay más tiempo para escribir, sólo para ser consciente.
Ni espacios, ni silencios arrebatados por la ignorancia.
No ocurren más esos espasmos de verdadera espera.
Se llevaron lo que fue tuyo, lo mío, y lo de los demás.
No hay más recursos musicales, ni especiales, y mucho menos naturales.
No hay nada. Lo hay casi todo a punto de acabarse.
Eso que empieza se está sacrificando solo para que le vean morir de nuevo.
Se les puede ver a las  hormigas empujando el mismo día de siempre  para que nazca lo cotidiano.
Quedan los restos desorientados de la cena de esta mañana, y el estomago sucio de agua transparente.
Las instrucciones están en mandarín, la pobre conciencia apenas puede entender el lenguaje corporal y el resto del mundo se está pasando al inglés.
No hay más tiempo para escribir, sólo para existir.
No hay más espacios, ni ruidos estridentes.
La espera está cada vez mas torpe al caminar por que sabe que la espero inteligentemente.
Al final están los bocetos infinitos, el cáncer y el aburrimiento en una tonta competencia sin premio al ganador.


Karen Àlvarez.